Edificio Natiu

2017 – 2018
Proyecto: 2017 – 2018
Estado: Finalizada
Programa: Oficinas + cívico, 1200m2
Cliente: Ajuntament de Nules

Usar y recordar, u olvidar. La Cambra Agraria de Nules se construye a principios de los años 50, en una población aún devastada por los bombardeos de la Guerra Civil, por el sindicato agrario con ayuda de Regiones Devastadas para suplir sus necesidades. El edificio, conocido popularmente como “la cons”, alberga las oficinas para el sindicato, lugar donde acudían todos los labradores del pueblo para realizar asambleas y pedir que se accionaran los motores de agua para regar sus huertos. Se consigue una construcción bastante racionalista, aunque con elementos historicistas y con sistema estructural de muros de carga y estructura potente de hormigón armado. Con el paso de las décadas, en los 70 una reforma es necesaria: se habilita la primera planta para uso de oficinas convencional y se adapta a nuevas necesidades, llevándose con ello parte de la originalidad del edificio y ocultando los altos techos originales. Poco a poco, el edificio va perdiendo su uso, ya que cada vez es menos necesario el sindicato de riego, por lo que el edificio queda en mal estado. En este contexto, se pide aprovechar la primera planta del edificio como vivero de empresas. La propuesta consiste en adaptar la planta a nuevos usos, creando un edificio accesible mediante la instalación de un ascensor y colocando baños acondicionados a los requerimientos actuales. Además, se consigue recuperar el aspecto original del edificio al eliminar el falso techo y se genera un gran espacio entendido como coworking allí donde los labradores hacían asambleas. El proyecto tiene interés en la capacidad de, bajo un estricto presupuesto, conseguir acondicionar la planta baja y la segunda, para poder alojar una asociación de gente mayor y para, en la segunda planta, poner las oficinas del Sindicato Agrario que, sin ello, serían desplazadas lejos de su edificio. Además, se generan salas para algunos eventos. Con actuaciones muy sencillas, se consigue valorar un edificio casi abandonado y crear usos muy diferentes que dan vida al edificio en todo momento, creando un punto de actividad y aprovechando una arquitectura que tenía mucho más que ofrecer de lo que se pensaba. Se mantienen los elementos más singulares, abriendo a su vez visualmente el espacio al máximo, creando un edificio transparente por el interior para aprovechar la luz que su envolvente puede dar. Con el proyecto también se consigue el acondicionamiento del antiguo reloj allí situado, además de la sirena del edificio, utilizada en la Guerra Civil. Se trata de reactivar el lugar, nunca sin olvidar lo que ya había allí presente.